miércoles, 24 de abril de 2013

Encuentro con Jokin Azketa (23-04-2013)


Ayer era el día del libro y coincidía con una nueva cita de nuestra tertulia. Qué mejor manera de celebrarlo que invitar a Jokin Azketa, al autor de Donde viven los dioses menores, para intercambiar con él nuestras impresiones sobre su lectura.

Comenzó Jokin contándonos el germen de su gusanillo por la escritura. Tras colaborar en diversos medios, pero principalmente en un blog de cuadernos de viaje, surgió la posibilidad de aventurarse en algo mayor. Se atrevió a desafiar al folio en blanco y empezó a construir una historia ambientada en el medio que mejor conoce, la montaña.



Comentaba que durante el proceso de creación había disfrutado muchísimo, que tenía como rutina escribir a media tarde y que procuraba hacerlo todos los días como si de un ejercicio de entrenamiento se tratase.

Tras su breve presentación nos leyó el comienzo de tres libros de viaje que a él le parecen muy sugerentes. A continuación hizo lo propio con el suyo, abriendo la tertulia y dejando en el aire una duda: ¿invitan también a leer estas primeras líneas?

“Nunca me han gustado los entierros; tampoco los funerales ni esas ceremonias en las que, cumpliendo o diciendo que se cumple la voluntad del difunto, se esparcen sus cenizas por montes, playas o calles.”

La respuesta fue inmediata, sin duda, sí. El prefacio es una reflexión del narrador que resulta al principio algo confusa porque no se sabe muy bien si es el autor quien nos habla directamente, o es ya parte de la novela. Efectivamente, todo es parte del argumento, y comprobamos al final de la lectura que durante todo el libro se juega deliberadamente con los tiempos narrativos. Jokin se encargó de aclarar que eran licencias que se había tomado porque le venían bien para la historia.

Esto nos llevó a hablar de la verosimilitud del relato. Tenía claro el autor que, aunque la realidad puede superar a la ficción, sería muy raro que algo así pudiera suceder y que en caso de que le pasara a alguien, le diera tanta trascendencia a lo largo de su vida como hace el narrador de la historia.



Pero Jokin se sirve de las situaciones límites que recrea para llevar a los personajes por donde quiere. Nos muestra la parte más dura de la convivencia y de las relaciones personales en un ambiente de tensión. Es en estos casos cuando lo peor y lo mejor de cada uno aflora y cuando podemos conocer de verdad cómo son las personas.

Pero no todo son escenas asfixiantes, las partes más positivas del argumento son las descripciones de la belleza del paisaje pirenaico, el valor de la amistad verdadera y la lectura como refugio y vía de escape. Todas ellas, expresadas a través del narrador, son opiniones del propio Jokin que han quedado reflejadas en el texto y con las que todos comulgamos.  

Se cumple ahora un año de la publicación de la novela y tras un tiempo de reflexión, Jokin hacía autocrítica. Tal vez los personajes estén solo esbozados y debería haber profundizado más en ellos, comentaba tambien que la historia en otras manos con más oficio hubiera estado mejor desarrollada. En cualquier caso, el resultado no hubiera sido el que es, y esto le servirá de aprendizaje para su próximo proyecto que, según nos confesó, parece estar ya bastante avanzado.

Para finalizar la sesión, y aprovechando su condición de librero, le pedimos recomendaciones literarias para el club. Nos sugirió varios nombres: Paul Theroux, Peter Matthiessen, Colin Thubron, y a nivel nacional, Gabi Martínez y Ander Izagirre.

El tiempo de la tertulia se hizo corto y muy breve, muchas dudas y preguntas se quedaron en el tintero, pero tenemos la suerte de tener cerca a Jokin. Espero que él se sintiera tan a gusto como nosotros, creo que el intercambio fue mutuo, y deseo también que vuelva a visitarnos pronto, bien con su última novela o bien como avezado lector de literatura de viajes.


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