miércoles, 30 de enero de 2013

Notas de la tertulia del 29-01-2013


Tras el parón navideño volvimos a juntarnos para comentar la lectura de Socotra, la isla de los genios, del autor Jordi Esteva. La impresión general fue bastante buena, aunque con algunas reservas.

Una de las primeras cosas en comentarse fue la edición del libro (Atalanta, 2011). Disponíamos de buenas tapas duras, bonita portada, papel y letra agradable. Se echó en falta un mapa detallado de la isla para poder seguir bien el recorrido que va haciendo el autor. Además, el índice de ilustraciones al final del libro pasa casi inadvertido hasta que no terminas la novela. Hubiera sido mucho más interesante que cada foto tuviera su leyenda en la misma página para identificar durante la lectura a qué corresponden las imágenes.

La opinión más escuchada ayer fue que el libro había gustado e interesado, pero en ocasiones, sobretodo en la primera parte, resultaba un tanto farragoso y algo repetitivo. Llegamos a la conclusión de que esto podía deberse a que el autor tarda en llegar a Socotra bastantes páginas y por ello, cuando ya nos centramos en el viaje por la isla es cuando más se disfruta.

El autor va intercalando durante el viaje diversos temas relacionados con la isla como los mitos y leyendas, su historia, sus costumbres…. Todos ellos resultaron muy sugerentes para todos los tertulianos, destacando la cuestión del ámbar gris por el desconocimiento general sobre esta curiosa sustancia.

*Mumtaz y su camella Beda

La descripción de los habitantes de Socotra fue también valorada de forma positiva. De ellos sorprendió su forma de vestir, su hospitalidad, su respeto a la naturaleza y su saludo al estilo esquimal. De entre todas las personas con las que Esteva se va encontrando, hay una que destaca entre todas. Se trata del hombre de fuego, un personaje misterioso que aparece y desaparece de forma continua en su ascensión a las montañas. A lo largo de la narración se crea cierta expectativa sobre este hombre que al final no es resuelta, lo que provocó cierta decepción en algunos lectores.

*Adenios de Socotra

Además de todo lo anterior, el autor hace una tremenda introspección. Durante todo el relato va rememorando sus otros viajes, todos ellos basados en sus sueños infantiles. De todos los lugares que nombra, Egipto parece ser el más repetido y el que más añora. Socotra es el último que le quedaba por cumplir y esta circunstancia tiñe de cierta melancolía toda la narración. Este viaje supone al autor la culminación no sólo de un anhelo infantil, sino de un proyecto de vida.

En definitiva, se trata de una novela con un estilo relativamente sencillo del que se pueden aprender muchas cosas (historia, mitos, leyendas), que despierta las ganas de viajar a Socotra, que transmite olores, sensaciones, y que, además, invita a reflexionar con una pregunta al final del relato:

¿Qué ocurre cuando los sueños se han cumplido?


*Las imágenes pertenecen al autor del libro, Jordi Esteva


Sinopsis de la editorial
Después del éxito alcanzado por Los árabes del mar, Jordi Esteva nos lleva ahora a la isla de Socotra, perdida en el Índico, a casi cuatrocientos kilómetros de las costas de Arabia. A este lugar mítico, que ha preservado su flora y fauna primordiales, acudieron indios, griegos y árabes del sur durante siglos, atraídos por las preciadas propiedades de las resinas olorosas de los árboles del incienso, de la mirra o de la llamada sangre del dragón. Marco Polo escribió que sus pobladores eran magos y nigromantes, y, según los marinos, en esta isla moraba el ave Roc, mencionada en el segundo viaje de Simbad.
El autor lleva a cabo un apasionante viaje a las montañas del interior. Lo acompañan el nieto del último sultán, derrocado por los comunistas de Adén, el ingenuo y joven Ahmed y varios camelleros. Durante su periplo, alrededor de un fuego, se contarán historias de aves fabulosas, brujas y yins. A medida que asciende hacia los dedos de granito, ocultos por las nubes, se da cuenta de que Socotra acaso sea su último sueño.

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