Tras
el parón navideño volvimos a juntarnos para comentar la lectura de Socotra, la isla de los genios, del
autor Jordi Esteva. La impresión general fue bastante buena, aunque con algunas
reservas.
Una
de las primeras cosas en comentarse fue la edición
del libro (Atalanta, 2011). Disponíamos de buenas tapas duras, bonita portada, papel y letra
agradable. Se echó en falta un mapa detallado de la isla para poder seguir bien
el recorrido que va haciendo el autor. Además, el índice de ilustraciones al
final del libro pasa casi inadvertido hasta que no terminas la novela. Hubiera
sido mucho más interesante que cada foto tuviera su leyenda en la misma página
para identificar durante la lectura a qué corresponden las imágenes.
La
opinión más escuchada ayer fue que el libro había gustado e interesado, pero en
ocasiones, sobretodo en la primera parte, resultaba un tanto farragoso y algo
repetitivo. Llegamos a la conclusión de que esto podía deberse a que el autor
tarda en llegar a Socotra bastantes páginas y por ello, cuando ya nos centramos
en el viaje por la isla es cuando más se disfruta.
El
autor va intercalando durante el viaje diversos temas relacionados con la isla como los mitos y leyendas, su
historia, sus costumbres…. Todos ellos resultaron muy sugerentes para todos los
tertulianos, destacando la cuestión del ámbar gris por el desconocimiento
general sobre esta curiosa sustancia.
*Mumtaz y su camella Beda |
La
descripción de los habitantes de
Socotra fue también valorada de forma positiva. De ellos sorprendió su forma de
vestir, su hospitalidad, su respeto a la naturaleza y su saludo al estilo
esquimal. De entre todas las personas con las que Esteva se va encontrando, hay
una que destaca entre todas. Se trata del hombre
de fuego, un personaje misterioso que aparece y desaparece de forma
continua en su ascensión a las montañas. A lo largo de la narración se crea
cierta expectativa sobre este hombre que al final no es resuelta, lo que provocó
cierta decepción en algunos lectores.
*Adenios de Socotra |
Además
de todo lo anterior, el autor hace una tremenda introspección. Durante todo el relato va rememorando sus otros
viajes, todos ellos basados en sus sueños
infantiles. De todos los lugares que nombra, Egipto parece ser el más repetido
y el que más añora. Socotra es el último que le quedaba por cumplir y esta
circunstancia tiñe de cierta melancolía toda la narración. Este viaje supone al
autor la culminación no sólo de un anhelo infantil, sino de un proyecto de vida.
En
definitiva, se trata de una novela con un estilo relativamente sencillo del que
se pueden aprender muchas cosas (historia, mitos, leyendas), que despierta las
ganas de viajar a Socotra, que transmite olores, sensaciones, y que, además,
invita a reflexionar con una
pregunta al final del relato:
¿Qué
ocurre cuando los sueños se han cumplido?
*Las imágenes pertenecen al autor del libro, Jordi Esteva
Sinopsis de la editorial:
Después
del éxito alcanzado por Los árabes del mar, Jordi Esteva nos lleva ahora a la
isla de Socotra, perdida en el Índico, a casi cuatrocientos kilómetros de las
costas de Arabia. A este lugar mítico, que ha preservado su flora y fauna
primordiales, acudieron indios, griegos y árabes del sur durante siglos,
atraídos por las preciadas propiedades de las resinas olorosas de los árboles
del incienso, de la mirra o de la llamada sangre del dragón. Marco Polo
escribió que sus pobladores eran magos y nigromantes, y, según los marinos, en
esta isla moraba el ave Roc, mencionada en el segundo viaje de Simbad.
El
autor lleva a cabo un apasionante viaje a las montañas del interior. Lo
acompañan el nieto del último sultán, derrocado por los comunistas de Adén, el
ingenuo y joven Ahmed y varios camelleros. Durante su periplo, alrededor de un
fuego, se contarán historias de aves fabulosas, brujas y yins. A medida que
asciende hacia los dedos de granito, ocultos por las nubes, se da cuenta de que
Socotra acaso sea su último sueño.