jueves, 26 de mayo de 2011

Notas de la tertulia del 24-05-2011

El Río de la desolación, de Javier Reverte

Nuestro último encuentro del curso estuvo menos concurrido que otras veces, pero no por ello dejamos de comentar menos la novela de Reverte. Prácticamente la mayoría disfrutó con este relato del Amazonas. Sin embargo, comentaba algún lector que, cuando se leen libros de viajes, por lo general entran unas ganas de locas de conocer y visitar los lugares recreados. En esta ocasión el autor nos da una visión tan desoladora del Río, tal y como bien resume  el título, que apenas quedan ganas.

Comenzamos hablando del estilo del autor, que se consideró directo, conciso, preciso, ágil, pero también poético y muy literario. En definitiva, una manera de escribir que hace que su lectura sea un auténtico placer. A modo de ejemplo, el último párrafo del segundo capítulo:

“Hacía calor y el Ucayali transpiraba como un animal jadeante. Sus aguas se apartaban ante la recia y chata proa del Henry IV, que avanzaba río abajo cansino y poderoso, igual que un rumiante.  Pucallpa quedaba atrás y la jungla alzaba su trono sobre las orillas del río. Parecía que una gran boca se abriese delante para engullirnos: la tierra cercada de encías amarillas y los árboles creciendo bajo el hosco cielo, mordido en esa hora por una afilada dentadura de color verde y negro.”

Javier Reverte acostumbra a ir intercalando el relato viajero y sus experiencias con pasajes de la historia de la Amazonía o extractos de otras novelas ambientadas en los mismos lugares. Esto lo hace en la justa medida, lo va dosificando de forma que no se hace nada pesado y, además, logra que todos descubramos a personajes de los que apenas teníamos noticia (Roger Casement, Lope de Aguirre, Pedro de Ursúa, Julio César Arana, Fitzcarrald, etc.).

Recordamos durante la sesión múltiples momentos que el autor va viviendo y recordando. En algunos casos están tan bien descritos que sus emociones se contagian al lector. Por ejemplo, cuando el barco se llena de cucarachas, el hacinamiento de las hamacas en los barcos, la leyenda de los delfines rosas o su experiencia en la selva en la que conoce a una familia que no tiene nada. Respecto a ésto último alguna lectora comentó que incluso se le había encogido el alma. Al conocer toda la historia del Amazonas, se deja entrever en el relato una dura crítica a los países imperialistas y a todos sus emisarios. Pocas han sido las personas que han luchado por los derechos de los nativos.

Reverte impregna toda su crónica de un tono melancólico, tal vez porque no pudo terminar su viaje por culpa de la malaria, o tal vez porque verdaderamente aquel lugar es indómito. Pero no deja de ser una pena que no terminara su viaje como lo había previsto, porque a muchos nos dejó con las ganas de seguir disfrutando de sus vivencias por el Amazonas.

Otro detalle que se valoró positivamente fue la edición del libro. A pesar de disponer de una edición de bolsillo, en la que el tamaño de la letra no es muy adecuado, es muy completa. Tiene un mapa explicativo que facilita el seguimiento del viaje, un prólogo del propio autor, una cronología de la historia de la Amazonía, una completa bibliografía que es comentada en su mayoría a lo largo de la novela, un glosario fantástico, un índice onomástico para poder retomar sin problemas detalles e historias, y, por último, una serie de fotografías en las páginas centrales con las que se ilustra a la perfección las experiencias de Reverte. Lo único que se comentó a modo de observación fue que tal vez hubiera estado aún mejor si la narración hubiese hecho referencia a las fotografías, para hacerse aún más idea de lo que se está contando.

Sin duda, esta última lectura del curso no ha dejado indiferente a nadie. Nos ha hecho recapacitar sobre el despotismo e imperialismo que el hombre blanco llevó a esas tierras y sobre las duras condiciones en las que actualmente viven allí. Además, Javier Reverte ha demostrado que sabe viajar no como un turista más, sino que se mezcla a la perfección con los nativos, los comprende, se pone en situación y consigue con esto remover conciencias y borrar la idílica imagen de la selva.

No hay comentarios:

Publicar un comentario