En
la soleada tarde de ayer cerramos el curso con una tertulia sobre el libro de
Jorge Nagore, “Los catorce de Iñaki”. Una lectura que en un principio no
pareció demasiado atractiva y terminó encandilando a todos.
Como
confesaron la mayoría de asistentes, cuando se les entregó el libro ninguno lo
cogió con muchas ganas. No era porque creyeran que fuera a ser malo, sino
porque el tema y el final eran ya sobradamente conocidos: el intento de Iñaki
Ochoa de Olza de hacer cima en el Annapurna por su arista este y la operación
de rescate que no pudo conseguir su objetivo.
Sin
embargo, el dicho “las apariencias engañan” volvió a funcionar. Pocas veces
hemos tenido unanimidad en la tertulia y ayer ocurrió. Todos se llevaron una grata
sorpresa al descubrir un relato trepidante y lleno de ritmo que te atrapa y no
puedes dejar de leer hasta el final.
Se
trata de un texto transparente, sincero, contenido y sin cursilerías. Su
estructura es en apariencia sencilla, el autor cuenta cronológicamente el
desarrollo de los acontecimientos. Pero tremenda tarea la de explicar
claramente todo el proceso, con dos escenarios (Himalaya y Pamplona) y con
tantas personas implicadas en el rescate de Iñaki. Y además, el lenguaje es muy
asequible, no hace falta ser un experto en montaña para seguir el hilo.
Angustia,
emoción, congoja, pero sobre todo, esperanza, son algunas de las sensaciones
que transmite esta lectura. Resulta curioso que, a pesar de conocer el
desenlace de los acontecimientos, mientras se lee se llega a tener cierta esperanza
en que Iñaki se salve, y esto es resultado del buen trabajo del escritor.
Sobre
los que intervinieron en la operación de rescate se destacó el gran papel de
Horia Colibasanu y su grandeza como persona. Todos opinaban que el espíritu
montañero quedaba muy bien reflejado en el libro y también la solidaridad entre
ellos. Tras un mes de mayo lleno de noticias relacionadas, reflexionamos sobre
la masificación que actualmente afecta al Everest y las consecuencias que está
produciendo.
Como
conclusión, una lectura muy recomendable, que se disfruta y se devora, sin
moralejas y que nos recuerda los valores del alpinismo clásico. Un libro que
nos deja buen sabor de boca al final de este viaje montañero.